El lavarropas o lavadora es un electrodoméstico que, cercano con el frigorífico se ha vuelto prácticamente imprescindible en nuestras vidas. Los motivos por los que puede barruntar mal son varios: desde la humedad que se genera al tener la ropa durante mojada demasiado tiempo en el interior y que puede asistir el crecimiento de hongos y bacterias; el exceso de labia y suavizante; los restos de comida o suciedad que se desprenden de la ropa al lavarla; o tener el filtro obstruido.
Entre las recomendaciones para evitar que el lavarropas huela mal está sacar la ropa inmediatamente a posteriori de que termine el software, usar la cantidad de labia y suavizante recomendada por el fabricante y robar tanto el filtro como el interior de la lavadora regularmente.
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Pero muchas veces se nos olvida sacarla a tiempo o por otras cuestiones no podemos hacerlo al momento. Esto provoca que la ropa se quede con un olor a humedad que es tan desagradable y no se sabe como evitar. Todavía puede suceder que aun sacando la ropa a tiempo, ese emanación a húmedo permanece en la ropa. Sin retención, la lavadora cuenta con una función poco conocida que mejoría la competencia de los lavados. Te contamos cómo hacerlo.
El truco con el que eludir en cada lavado
Una de las cosas que más molestan cuando metemos ropa para duchar en la lavadora es que cuando acaba la actividad, la ropa suele salir muy húmeda, llegando a estar mojada incluso. Es por eso que hay un truco con el que olvidar este problema de forma sencilla. Se alcahuetería del truco de la toalla y no se necesita ningún producto peculiar para ejecutarlo.
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Tan solo hay que añadir la ropa y poner el modo de lavado que toque, es afirmar, efectuar un lavado regular. La única diferencia es que hay que estar atento para que, al final, cuando esté centrifugando para quitar el exceso de agua se ponga en pausa el proceso. Una vez paralizado, se extrae la ropa y se mete una toalla procurando que la toalla ocupe todas las paredes interiores del tambor.
Una vez conseguido este paso, se vuelve a introducir la ropa para finalizar el lavado, poniendo el modo centrifugado nada más. Con esta función se consigue que la toalla absorba lo que queda de agua y la ropa salga más sequía que de regular.